La relación profesor-alumno, una experiencia educativa

«La yedra por sí sola no se levanta del suelo; mas arrimada a un árbol sube tanto como el mismo árbol» Fray Luis de Granada

El saber es una conquista personal que se ve favorecida en el encuentro con un maestro que sabe hacerlo revivir como conciencia de sí mismo y de la realidad. Es necesario dialogar, operar y razonar juntos en las clases introduciendo al estudiante en la experiencia de hacer ciencia, de leer, de expresarse, de hablar una lengua extranjera, etc. De este modo se pone en el centro del proceso de aprendizaje a los actores principales: quien enseña y quien aprende, reconociendo como punto de partida la realidad que juntos han de afrontar.

El fin del conocimiento –que es lo que hace razonable el esfuerzo que implica- es el crecimiento de la persona. Se trata de que el estudiante llegue a “hacer suyos” los conocimientos que estudia, no sólo en función de “competencias” que pueda ejercitar, sino como conciencia de sí mismo y de la realidad (qué soy, qué quiero, por qué me interesa conocer, qué capacidades puedo desarrollar).

La personalidad crece en la medida en que profundiza en una verdadera libertad de juicio y de elección. Toda nuestra insistencia en la crítica va encaminada precisamente a que el alumno pueda hacer suyo lo que estudia de un modo auténtico, sea capaz de juzgar y valorar todo lo que se encuentra y vive utilizando como criterio de juicio aquello que es más humano en él: el conjunto de exigencias fundamentales que todo hombre encuentra dentro de él: exigencia de verdad, bien, belleza, justicia, felicidad. Confrontar todo con este criterio es un ejercicio de responsabilidad que permite que el alumno ejerza su libertad de un modo humano y llegue a adquirir las convicciones y certezas necesarias para afrontar la vida adulta.

Un proceso formativo se realiza sólo con la efectiva colaboración de alumnos, familia, profesores. Partimos de la convicción de que los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos y nos los confían como colaboradores en esa tarea. Por ello, la relación con las familias es fluida, cordial y con gran disponibilidad por parte del colegio, existiendo variedad de cauces de comunicación.

La disciplina es una condición para desarrollar nuestra tarea y nace de una relación educativa que posibilite el aprendizaje, no es un fin en sí misma. Las normas de convivencia y conducta siempre nos introducen en el valor de algún aspecto de la realidad escolar. Se educa la instintividad para posibilitar tener en cuenta la realidad y su significado de modo que sea instrumento para el crecimiento de la persona.

El uso de la razón y del lenguaje

Para alcanzar la verdad es necesario hablar bien y razonar correctamente

El lenguaje es el instrumento adecuado que permite a la persona relacionarse con la realidad y tomar conciencia de sí misma. Ser capaz de dar razón de lo que se sabe o se hace implica su expresión a través del lenguaje: el uso adecuado y fluido del lenguaje es la condición necesaria para que el alumno desarrolle su capacidad de comunicación, expresión y razonamiento con el fin de conocer la verdad.

Por tanto, promover el aprendizaje de la lengua es dotar a los alumnos del arma más poderosa. El lenguaje es el elemento central de las relaciones humanas y la pieza clave para desarrollar el pensamiento y para interpretar la realidad. Las posibilidades de aprendizaje que tienen las personas dependen en gran parte del grado de desarrollo de sus habilidades lingüísticas. Conscientes de esto, nuestro colegio apuesta por la ejecución de un plan que abarca todas las etapas escolares y pretende garantizar el desarrollo de la competencia del alumno en todas las destrezas lingüísticas, el Proyecto Lingüístico de Centro.

Conocer una disciplina exige saber leer y producir los textos que le son propios en sus áreas de aplicación. Todas las actividades académicas conllevan actos de lectura, de escritura y de expresión oral organizados y serios. Este es el motivo por el que nuestro Proyecto lingüístico abarca todas las materias.

Se educa en el acto de dar clase porque exige que el alumno salga de sí mismo para introducirse en el conocimiento del mundo que nos rodea, por ello la clase es el lugar donde comienza el estudio. Dicho estudio exige aprender a usar la razón según la metodología propia de cada disciplina. El profesor guía al alumno desde su materia para atender, preguntar, comprender, conceptualizar, relacionar, sintetizar, juzgar y razonar según dicha metodología particular.

Pasión por la belleza

La belleza es el esplendor de la verdad, de ahí su primordial valor educativo

Por la atracción que provoca es el camino para el descubrimiento y la valoración de lo que es verdadero. Sólo del asombro nace una búsqueda sincera de la verdad. Es necesario enseñar a mirar y sorprenderse, a preguntarse y preguntar, a buscar una explicación y valorar después aquello que se está considerando.

Miramos lo que nos rodea -poesía, música, matemáticas, arte, juego, amor, convivencia ¡todo!- dejándonos sorprender por su belleza. Es necesario reconocerla en todo aquello que se estudia o se realiza, apreciando su significado y su valor. Y es necesario generarla en los distintos aspectos de la vida escolar: el cuidado del orden y la limpieza, la atención a los detalles y el gusto por la obra bien hecha, son consecuencias importantes de un estar atentos a uno mismo y al mundo que nos rodea.

Aprender a mirar la realidad, reconocer la sorpresa que suscita y poder crear a partir de esta, son ejes vertebradores para educar en el gusto de lo bueno y verdadero. Para desarrollar y favorecer este camino el colegio ofrece la participación en el coro escolar, el teatro y las artes plásticas. La iniciativa que mejor ejemplifica la unidad de estas artes es el montaje de una obra de teatro entre los alumnos que lo desean de 1º de Bachillerato. Se trata de una actividad que todos los años nos sorprende por su potencia educativa: el alumno se ve obligado a salir de sí mismo para vencer sus propios miedos y límites y, con el apoyo de sus compañeros y profesores, llegar a convertirse en el escenario en el personaje que representa. La satisfacción de montar juntos una obra, la experiencia de que todos los oficios son importantes (actores, tramoyistas, decoradores, maquilladores, directores, músicos…) y el valor educativo del sacrificio del tiempo y el esfuerzo por un objetivo común y bello, compensa con creces el esfuerzo realizado.

Excelencia

La escuela es un lugar para preparar para el mundo hombres en el mundo

Nos interesa despertar una pasión por lo que se estudia, educar en una consideración del estudio como una aventura de descubrimiento del sentido de las cosas, más allá de enseñar una simple técnica. Sólo así es posible alcanzar un aprendizaje significativo y personalizado, que son los rasgos propios de una auténtica excelencia.

  • El aprendizaje significativo hace referencia al modo con el que se alcanza lo nuevo: sólo cuando el alumno adquiere y agrega los nuevos saberes y desarrolla sus capacidades, insertándolos en su patrimonio de conceptos, principios, categorías, competencias, destrezas… hay significatividad en su aprendizaje y puede perdurar.
  • Personalizar es poner el propio sello en los conocimientos y habilidades que se adquieren y hacer que sean algo propio. La capacidad de explicar y dar razón de lo que se sabe y se hace, se ha hecho o se va a hacer, es el signo más expresivo de la adquisición de un aprendizaje.
  • Cada ser humano es alguien único, con valor en sí mismo. Por el sólo hecho de existir, es libre y con una dignidad que no puede estar en función de sus capacidades y, mucho menos, de su éxito escolar. Uno de los objetivos prioritarios en nuestra tarea educativa es la integración de todos los alumnos, teniendo en cuenta las diferentes condiciones personales y académicas: mirar las necesidades, condicionamientos y capacidades de cada uno posibilita la igualdad de oportunidades, amplía el horizonte de sus expectativas y permite desarrollarlas al máximo. Las diferentes capacidades, dificultades y condicionamientos que cada uno tiene forman parte de su propio camino de maduración.
  • Descubrir estas capacidades personales es uno de nuestros objetivos; por ello, además de los profesores que acompañan cotidianamente a los alumnos, contamos con profesionales cercanos al colegio que comparten con ellos su trayectoria académica, universitaria y profesional en las mesas redondas de orientación que desarrollamos durante el bachillerato para estimular y hacer reflexionar a los alumnos sobre el horizonte, las vicisitudes y posibilidades reales desde todos los ámbitos, proporcionándoles una valiosa información de cara a su futuro.
  • Nuestros profesores participan de una formación continua en innovación metodológica y de actualización de contenidos. Además, están implicados en proyectos de entidades educativas con carácter nacional e internacional y vinculados a proyectos europeos para el intercambio de experiencias educativas, metodológicas y de innovación.

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